- El PVEM se quedaría con tres candidaturas a diputados en la coalición, una más que en el 2019, sin respaldo electoral que lo justifique, debido a arreglos cupulares.
- El PT también tendría tres candidaturas, igual que en la elección legislativa anterior.
- El PVEM se beneficia además del acuerdo con Morena para llevar a Mara Lezama como candidata a la gubernatura, por obtener puestos en el próximo gobierno y la presidencia del municipio de Benito Juárez.
Por Francisco Hernández/CAMBIO 22
Chetumal.- La coalición entre Morena, el PVEM, el PT y el MAS para llevar a Mara Lezama a la gubernatura del estado ha quedado acordada, y según información extraoficial dada a conocer en la víspera, ya se estableció la distribución de las candidaturas a diputados de 15 distritos electorales de Quintana Roo, dejando 8 espacios para Morena, 3 candidaturas para los verdes y 3 para los petistas, mientras que un distrito quedará para que participen separados los tres partidos, y con el MAS se concretará un acuerdo de candidaturas comunes.
Esta distribución da cuenta de los arreglos cupulares prevalecientes, pero además es la confirmación del dominio del PVEM sobre Morena en Quintana Roo, puesto que los verdes obtienen en esta ocasión una candidatura a diputado más que en el 2019, cuando tuvieron dos, sin contar con respaldo electoral que lo justifique.
Y a eso además se suma que se quedarán con el gobierno municipal de Benito Juárez al dejar Mara Lezama la presidencia municipal para tomar su camino a la gubernatura, ya que su suplente, Ana Patricia Peralta, es cuadro político del PVEM, porque su suma a Morena sólo fue un disfraz para sellar la alianza de su partido con el presidente Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados, la misma por la cual le pasan factura con Quintana Roo, y sobre todo, con Cancún.
Según la información trascendida, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) pondría los candidatos a diputados de mayoría relativa en el distrito 1, con cabecera en Kantunilkín, pero que comprende los municipios de Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas, parte de Cancún, incluyendo la zona hotelera, y Puerto Morelos; en el distrito 8, que incluye parte de Cancún, Alfredo V. Bonfil y la colonia Chiapaneca; y el distrito 10, donde está la zona urbana de Playa del Carmen.
Por su parte, al Partido del Trabajo (PT) pondría los candidatos en los distritos 3 y 7 de Cancún, y el 13, con cabecera en Bacalar, pero que abarca este municipio, la zona rural de Othón P. Blanco y parte de José María Morelos.
Pero como la alianza para la elección de diputados será parcial, quedaría libre el distrito 2 de Cancún para que cada partido postule candidatos por su cuenta.
Los restantes distritos (4, 5 y 6, de Cancún; 9, de Solidaridad y Tulum; 11, de Cozumel; 12, de Felipe Carrillo Puerto; y 14 y 15, de Chetumal), quedaron como espacios para candidatos de Morena.
En tanto, con el Movimiento Auténtico Social (MAS) no se hizo acuerdo de coalición para la elección de diputados, sino un convenio de candidaturas comunes, en la que presentarán candidatos mediante esta fórmula en 9 distritos del estado.
Estos acuerdos deberán formalizarse ante el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) este jueves a las 12:15 de la tarde, para dar por finiquitado el amarre de los cuatro partidos para el proceso electoral del 2022.
En este trato, los espacios que obtiene el PVEM en esta ocasión son tres, en lugar de los 2 que tuvo en el 2019, que entonces fueron los distritos 4, donde fue postulada a su reelección Tyara Schleske de Ariño, y 8, donde el candidato fue Erick Gustavo Miranda García.
Este otorgamiento de espacios al PVEM no tiene una justificación electoral, pues es más de lo que merece un partido que en la pasada elección apenas obtuvo el 5 % de la votación efectiva en el estado, y que en las propias encuestas de Morena apenas aparece con un promedio de 2.3 % de las preferencias de los ciudadanos, por lo que de competir por su cuenta no alcanzaría un solo diputado.
Lo mismo ocurre con el PT, al que le dan espacios que por sí mismo no podría obtener, dado que en la pasada elección apenas tuvo 3.4 % de la votación efectiva, y en las encuestas de Morena su preferencia es de un raquítico 1.8 %.
Pero como la dirigencia de Morena se siente tan segura de tener la gubernatura en la bolsa, no le preocupa que esta disminución de espacios para candidatos morenistas en la alianza se sume a las inconformidades que generó el nombramiento de Mara Lezama en grupos del partido que preferían al senador José Luis Pech Várguez, que inclusive llegó al empate técnico con ella, y con la senadora Marybel Villegas Canché, la más belicosa y que mantiene el amago de dejar el partido, pero que hasta el momento no ha dado el paso hacia afuera.
Y el acuerdo tiene este potencial porque la distribución de espacios sólo confirma el poder que ha obtenido el PVEM sobre Morena en Quintana Roo, y sobre todo en Cancún, ciudad de la que se ha sentido dueño desde que se la entregó el PRI en el 2016, y que ahora busca refrendar en su inclusión en la 4T, usada como Caballo de Troya para pesar de los cancunenses.
Más importante para la dirigencia nacional de Morena que procurar la unidad interna en el partido es cumplir los acuerdos cupulares con el PVEM, y en el caso del PT, impedir que se convierta en plataforma para la candidatura de la inconforme principal, Marybel Villegas.
Por el lado del PVEM, lo ocurrido indica que por eso fue el más interesado en impulsar que Morena designara a Mara Lezama como candidata a la gubernatura del estado.
Y por el lado de Morena, indica que por esos arreglos también su dirigencia nacional realizó todos los movimientos posibles para que los candidatos previamente acordados para cada uno de los seis estados con elecciones quedaran designados, sin importar que contradijera los resultados de sus encuestas, como fue para el caso de la asignación del género en entidades como Durango, Aguascalientes y Oaxaca.
Esto provocó que diversos participantes señalaron que las encuestas no reflejaron la voluntad de la gente, sino la decisión e imposición de los dirigentes, así como sirven para simular una decisión democrática.
Lo anterior lo sostienen por la manera como el partido calificó dichas encuestas, pues los aspirantes inconformes consideraron que tiene sesgos para maquillar decisiones cupulares previamente tomadas, además de que se incurrió en violaciones a los criterios de paridad de género, que dicen que debe impulsarse a las mujeres más competitivas y con la mayor aceptación en sus estados, como ya ha reclamado la precandidata Susana Harp en Oaxaca.
En el caso de Quintana Roo, la designación de Mara Lezama beneficia al PVEM con la entrega del gobierno municipal de Benito Juárez a uno de sus cuadros políticos, Ana Patricia Peralta de la Peña, que fue diputada federal “kiwi” del 2018 al 2021, y que completará la mancuerna con el síndico municipal que ya es del verde, Pablo Bustamante, también dirigente estatal del partido y vinculado a un escándalo de despojo inmobiliario que contraviene todos los principios de la 4T.
Además, el partido se beneficiará con posiciones en el eventual gobierno de Mara Lezama, y ahora con tres candidaturas a diputado local, de confirmarse los términos del acuerdo de la coalición Juntos Haremos Historia por Quintana Roo.
Y por si no bastara con esto, el reparto de posiciones permitirá al PVEM postular a la reelección al gris Erick Gustavo Miranda García, de improductivo paso por la diputación en la XVI Legislatura e irregular desempeño como presidente de su Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo).
Lo anterior porque al PVEM le están dando de nuevo el distrito 8, de Cancún, mismo por el cual Miranda fue elegido diputado en el 2019.
Pero hay que señalar la contraparte, pues en este caso el reparto realizado en la coalición Juntos Haremos Historia por Quintana Roo permite impedir la reelección de los demás diputados de la 4T de la actual legislatura, al intercambiarse la mayoría de los distritos que tuvieron en la elección del 2019.
Tal es el caso de la mayoría de los distritos de Morena, puesto que de los que le tocaron sólo repite los distritos 6 de Cancún, 9 de Solidaridad y Tulum, y 14 de Chetumal, donde tiene diputados actualmente, mientras en los restantes no tiene representación legislativa.
Esto podría confirmar la línea nacional de no permitir la reelección de los actuales diputados de Morena, con cuya gestión existe inconformidad en la cúpula del partido, tanto que inclusive se les abrió un expediente en el último tercio del año pasado, en el que se juzgó principalmente la postura que adoptaron en temas como la legalización del aborto y la aprobación de endeudamientos como el crédito de 820 millones de pesos y la asociación público-privada para el puente Nichupté, promovidos por el gobernador del estado Carlos Joaquín González.
Por ejemplo, uno de los que claramente no tendrá chance de reelección es Edgar Gasca Arceo, efímero primer presidente de la Jugocopo en la XVI Legislatura, porque el distrito por el cual compitió en 2019, el 1 con cabecera en Kantunilkín, fue entregado al PVEM.
Al parecer tampoco habrá paso a reelecciones en el PT, donde ya no repite en los distritos 2 de Cancún y 15 de Chetumal, sino sólo en el 13 de Bacalar, sólo que en éste ya no tiene diputada en funciones, porque la que ocupa la curul, Ana Pamplona, renunció al partido y se unió al PRD, en el marco de los conflictos entre la nueva dirigencia estatal y el grupo representado por Hernán Villatoro Barrios.
Así pues, el panorama está puesto para que sea el PVEM el que pueda postular para la reelección a uno de los miembros del nuevo grupo en el poder de este partido, Gustavo Miranda García, que con la alianza con Morena siente segura su nueva diputación, aunque primero tendrá que ganar en secciones de Cancún donde creció el voto panista en la pasada elección.
Por todo lo anterior, queda nuevamente en duda la afirmación del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, de que la coalición de la 4T no es “una alianza de complicidades o intereses particulares”, sobre todo en el caso del arreglo con el PVEM.